Receta un poco entretenida pero con un resultado muy agradecido.

Puedes cambiar los ingredientes a tu gusto (lomo, albóndigas, ternera, langostinos, gambas…).

Habremos preparado un caldo con los restos del pollo y alguna cigala rota, pinzas, cabezas, etc. y algunas verduras.

En una cazuela amplia, ponemos aceite y doramos unos dientes de ajo, almendras, pan y laurel, que serán los ingredientes de una picada que añadiremos al final.

Una vez dorados, retiramos y reservamos. Salteamos las cigalas con un poco de sal, un momento, para que dejen algo de sabor y no queden crudas del todo.

A continuación, doramos el pollo salpimentado, cuanto más tostado quede (sin quemarse), mejor.

Retira el pollo y añade 3 cebollas grandes, picadas.

Cocina la cebolla y cuando esté lista, añade tomate rallado natural. Deja reducir y cuando ya esté bastante seco, añade un poco de pimentón de la Vera y un chorro de vino blanco. Deja evaporar el alcohol del vino y ya puedes añadir el caldo.

Incorpora el pollo y cuece 30-50 minutos a fuego lento. A más tiempo, más tierno quedará. Si ves que se queda sin salsa, puedes añadir más caldo o un poco de agua.

5 minutos antes de acabar la cocción, añade la picada y rectifica de sal si es necesario. Al final, añade las cigalas y deja reposar unos minutos para que acaben de cocinarse con el calor de la cazuela.

Le va de lujo un poco de arroz blanco cocido como acompañamiento. Y pan 😀